Los sueños lúcidos se conocen desde hace miles de años, y aun así siguen siendo relativamente desconocidos. Continúa leyendo para descubrir unos sencillos consejos con los que empezar a tener sueños lúcidos, y las respuestas a las dudas y preocupaciones más habituales sobre cómo acceder a este mítico estado de sueño.
No hay nada como tener sueños lúcidos. Si consigues dominarlos, superan con creces algunas de las sustancias psicodélicas más fuertes. Desde un mero entretenimiento hasta una experiencia terapéutica y profundamente reveladora, los sueños lúcidos ofrecen algo para todos. Y lo mejor es que son gratis y saludables.
En los últimos años, los sueños lúcidos se han convertido en un tema cada vez más popular. Se han publicado numerosos libros sobre ellos, y muchas personas han descubierto el fantástico patio de recreo que puede ser soñar.
Es posible que recordemos con claridad esos sueños ocasionales y extraordinarios de nuestra infancia en los que volábamos, pero en algún momento de la adolescencia, la mayoría perdimos la capacidad de disfrutar del reino de los sueños. Pero, ¿qué es exactamente un sueño lúcido?
Básicamente, un sueño se convierte en lúcido cuando te das cuenta de que estás soñando.
Sin embargo, esto no implica necesariamente que puedas controlar lo que ocurre; eso es un logro más avanzado. En las primeras fases de la percatación de un sueño, es normal que te des cuenta de que estás soñando, pero te dejas llevar; observas en lugar de participar. Es perfectamente posible controlar los sueños, pero requiere de cierto esfuerzo.
Y como consecuencia, existen distintos niveles de lucidez. En los niveles más altos, es posible que te des cuenta de tu total libertad para deambular por él y materializar lo que quieras. En un nivel más bajo de conciencia, podrías ser una especie de espectador/a viendo la película de tu sueño.
Los sueños lúcidos pueden ser a la vez divertidos y muy reveladores. Soñar es una forma de explorar nuestra mente inconsciente y aprender sobre la realidad. Es un proceso saludable, y los sueños lúcidos no tienen nada de peligrosos. Lo mejor de todo es que son completamente legales.
El término sueño lúcido fue acuñado en 1913 por el psiquiatra holandés Frederik van Eeden. Sin embargo, el conocimiento y la práctica de los sueños lúcidos son muy anteriores.
Los sueños lúcidos no son nada nuevo; de hecho, es muy probable que sean tan antiguos como nuestro cerebro. Aunque es posible que en la actualidad sean algo nuevo para muchas personas, la conciencia de los sueños ha sido parte importante de la vida espiritual de muchas civilizaciones durante mucho tiempo. Desde el budismo hasta el chamanismo sudamericano y africano, los sueños lúcidos (a menudo con ayuda de ciertos brebajes a base de hierbas) han sido un pilar de las prácticas culturales que datan de mucho antes del comienzo de la historia escrita.
Tanto los hindúes como los budistas practican técnicas avanzadas del yoga de los sueños o yoga nidra. Para lograr este profundo estado tántrico se necesitan años de práctica y dedicación. Sin embargo, no hay mucha información disponible al respecto, ya que estos conocimientos se transmiten de maestro a alumno, en lugar de difundirse para poder comprenderlos o explicarlos con facilidad.
Es difícil describir los sueños lúcidos a alguien que no los ha experimentado. Pero, obviamente, producen una sensación muy extraña. Al principio, es probable que experimentes un shock. Esto se debe a que la primera vez que eres consciente de que estás en el mundo de los sueños, te das cuenta de lo extraño y real que parece. Es posible que las primeras veces que tengas un sueño lúcido, te despiertes. Pero, no abandones, ya que más adelante podrás hacer cualquier cosa con la que puedas soñar (y nunca mejor dicho).
Los sueños lúcidos tienen varios beneficios potenciales:
Entendimiento: al explorar libremente el subconsciente, los sueños lúcidos te pueden proporcionar un mayor entendimiento de cómo funciona tu mente.
Superar miedos: cuando te das cuenta de que el estado de sueño lúcido es un espacio seguro sobre el que tienes un control total, puedes utilizarlo como un entorno en el que abordar tus peores miedos. Con el tiempo, tendrás más herramientas para enfrentarte a esos miedos en la vida real.
Potenciar la creatividad: todos sabemos que los sueños son una locura. Al percatarnos de ellos y controlarlos por completo, la creatividad se vuelve infinita. Por eso, todas las cosas inconcebibles que experimentes en ese estado estimularán tu creatividad durante la vigilia.
Llevar a cabo tus fantasías más profundas: tus sueños son tu mundo privado. Y por eso, podrás hacer lo que quieras con mucho realismo.
Divertirte: ya sea volar, explorar el espacio o asistir a un concierto de tu grupo favorito, en los sueños lúcidos cualquier cosa que desees puede hacerse realidad.
En 1975, Keith Hearne fue el primer científico que encontró pruebas de los sueños lúcidos; que más adelante fueron replicadas y formalizadas por el Dr. Stephen LaBerge. Estos estudios consistieron en conseguir que los voluntarios movieran los ojos durante los sueños lúcidos, de una forma acordada antes de dormirse. Tras repetirlo varias veces, se llegó a la conclusión de que los participantes estaban conscientes mientras soñaban.
A continuación, te presentamos todos los pasos necesarios para comenzar tus aventuras con los sueños lúcidos.
Una de las formas más fáciles y eficaces de desarrollar una mayor conciencia de los sueños es llevar un diario. Simplemente ten un cuaderno y un lápiz al lado de la cama. Cada vez que te despiertes, anota de inmediato todo lo que recuerdes del sueño. Hazlo nada más despertarte. Como probablemente ya sepas, el recuerdo de los sueños se desvanece muy rápido.
Un diario de sueños nos permite identificar patrones y sintonizar nuestra sensibilidad hacia los sueños. A medida que recordemos y escribamos nuestros sueños, nos iremos familiarizando más con nuestro mundo de los sueños personal. Dado que los sueños se repiten a menudo, con más o menos variaciones, es muy probable que la próxima vez que te encuentres en un sueño parecido, lo identifiques y se vuelva lúcido
Otra piedra angular de los sueños lúcidos es realizar comprobaciones de la realidad. Esta técnica se emplea en las etapas tempranas de la conciencia de los sueños, cuando ya has conseguido ser un/a espectador/a, pero aún no te has dado cuenta de que estás soñando. En estos estados, una serie de comprobaciones sencillas te ayudará a determinar si estás soñando o no.
La clave para llevar a cabo una evaluación de la realidad durante un sueño es convertirla en un hábito durante el estado de vigilia. Pregúntate al menos cinco veces al día: “¿Estoy despierto/a?”, e intenta responder a esa pregunta observando tu entorno con atención. ¿Ves algo extraño?
Algunas formas de llevar a cabo una evaluación de la realidad son:
Tápate la nariz, cierra la boca, e intentar respirar: ¿Puedes hacerlo incluso con las vías respiratorias bloqueadas?
Lee algo: ¿Puedes leer una oración dos veces sin que cambie?
Salta: cuando saltas, ¿puedes volar? ¿Y flotar?
Mírate las manos y pregúntate: "¿Estoy soñando?": ¿Tienes la cantidad correcta de dedos? En los sueños, no suele ser así.
Relojes: observa un reloj digital. ¿Marca siempre la misma hora?
Otra alternativa es mirarte en el espejo; en los sueños, el reflejo suele ser distinto, si es que te reflejas. Puedes desarrollar el hábito de realizar una comprobación de la realidad cada vez que pases delante de un espejo de tu casa. Las puertas también son una buena opción, porque nos las encontramos muchas veces durante el día. Cada vez que entres por una puerta de tu casa, acostúmbrate a preguntarte: "¿Estoy despierto/a?", y a llevar a cabo las comprobaciones.
Después de practicar esto durante unos cuantos días de manera constante, lo tendrás tan naturalizado que lo más seguro es que seas capaz de hacer una verificación de la realidad durante un sueño. Si contestas: "No, no estoy despierto/a", de repente tomarás conciencia de estar en un sueño. Cuando se consigue por primera vez, lo normal es emocionarse y despertarse. Pero no te preocupes, es una señal excelente. Si continúas haciéndolo, con el tiempo este problema se solucionará solo.
MILD significa "Mnemonic Induction of Lucid Dreams" (inducción mnemotécnica de los sueños lúcidos), y fue formulada por el psicofisiólogo Stephen LaBerge, un experto en sueños lúcidos. Esta técnica consiste en memorizar el último sueño con todo detalle, y volver a entrar en el mismo mundo de ensueño pero estando consciente. Para llevarla a cabo, programa el despertador para que suene a las 4 horas y media, a las 6 o a las 7 horas y media de haberte acostado. Son los mejores momentos para experimentar sueños lúcidos.
En cuanto te despiertes, empieza a recordar lo que has soñado. Y después, piensa en un momento del sueño en el que puedas incluirte en estado lúcido, como si reescribieras el guión. Proponte recordar que estás soñando cuando regreses a ese estado. Vuélvete a dormir con la expectativa y la determinación de entrar en un estado lúcido.
Esta técnica suele ser la más acertada cuando se usa junto a la evaluación de la realidad. Programa el despertador para que suene 90 minutos antes de la hora a la que te sueles levantar. Cuando lo haga, permanece despierto/a durante esa hora y media, leyendo o pensando en la lucidez. Vuélvete a dormir con la expectativa de conservar un estado lúcido.
Este método consiste en crear una asociación con tus manos y tomar conciencia de ello. Está basada en las comprobaciones de la realidad, pero se centra sobre todo en las manos. En los sueños, observar tus propias manos suele ser una experiencia muy extraña, porque lo más seguro es que no tengan el aspecto que esperas.
En cambio, pueden parecer deformadas, enormes, de goma, o tener un color raro. Para dominar este método, realiza comprobaciones de realidad mirando tus manos varias veces al día. En algún momento del sueño, observarás tus manos y te darás cuenta de que estás soñando.
Una buena forma de prepararte mentalmente es sentarte en la cama hasta que tengas sueño y te encuentres en un estado meditativo. Mira fijamente tus manos y repite en tu mente de forma tranquila: "Esta noche, mientras sueñe, veré mis manos y me daré cuenta de que estoy soñando".
Después de unos cinco minutos, o cuando sientas cansancio, túmbate y duerme. Cuando te despiertes en mitad de la noche, recuerda la frase y reafirma tu intención de experimentar un sueño lúcido. Si continúas repitiendo este proceso, en algún momento verás tus manos en un estado lúcido.
Ciertas hierbas tienen una larga historia de ser utilizadas para producir sueños lúcidos. En América del Sur, los chamanes descubrieron el poder de la Calea zacatechichi para inducir sueños vívidos.
Pero, en lo que respecta a las hierbas, los curanderos africanos son los expertos definitivos. Gracias a su trabajo con un montón de hierbas, han descubierto numerosas plantas que favorecen sus experiencias espirituales. Las tribus xhosa y zulú son especialmente famosas por consumir hierbas de los sueños como la Silene capensis, Entada rheedii, y la Synaptolepis kirkii.
Aprender a recordar los sueños es una parte importante de los sueños lúcidos; al día siguiente querrás acordarte de lo bien que te lo has pasado. Es posible que ya hayamos explicado las técnicas para conseguirlo en otros artículos sobre sueños lúcidos, pero esta sección te ayudará a entender mejor algunos de los métodos que se pueden utilizar para entrenar la mente con el fin de recordar los sueños de forma eficiente.
Una de las mejores formas de potenciar el recuerdo de los sueños es con una buena noche de descanso. Los sueños se producen durante la fase REM (movimiento ocular rápido) del ciclo del sueño, que se repite con más frecuencia cuanto más duermes.
La primera fase REM es la más breve, y tiene lugar poco después de quedarte dormido/a. Este primer sueño solo dura unos minutos, lo que dificulta su recuerdo. Con cada una de las siguientes fases REM, los sueños serán más largos, más intensos y memorables, y los mejores son los que se producen después de 8 horas de sueño.
Si solo duermes 6 horas o tienes malos hábitos de sueño, es muy poco probable que te acuerdes de tus sueños; por eso, muchas personas dicen que nunca sueñan. En realidad, lo que ocurre es que no duermen lo suficiente como para alcanzar la fase REM en la que los sueños son más memorables. Es solo tras 6 horas de sueño ininterrumpido, cuando los sueños comienzan a durar 45-60 minutos y llegan a ser muy vívidos.
Todas las sustancias químicas que tomes pueden afectar a tu capacidad para recordar los sueños, de forma tanto positiva como negativa. Algunas hierbas potencian el descanso y la actividad onírica, mientras que otras producen el efecto contrario.
Salvo que estés tomando un suplemento especial para soñar, lo mejor es abstenerse de tomar cualquier sustancia durante varias horas antes de irte a la cama. De esta manera, tu cerebro no se verá interrumpido por ninguna sustancia química, lo que te ayudará a recordar los sueños cuando despiertes.
Esto te permitirá anotar tus sueños en cuanto te despiertes, o en cualquier momento de la noche, antes de que se te olviden. Asegúrate de apuntarlo todo, no solo lo esencial o lo más interesante.
Es muy útil colocar la libreta en el mismo sitio todas las noches, y abierta en una página en blanco, para que no tengas que ponerte a buscarla. Escribir los sueños y leerlos al día siguiente ayuda a recordarlos, y a adoptar unos buenos hábitos de sueño lúcido.
Esto puede sonar raro, pero funciona. Al tener la intención de entrar en un estado completamente lúcido y de recordar tus sueños, podrás hacerlo. Funciona de la misma forma que cuando sabes que te tienes que levantar a cierta hora por la mañana y te despiertas justo antes de que suene la alarma.
Lo primero que tienes que pensar nada más despertarte es: "¿Qué estaba soñando?". No te muevas ni pienses en el día que tienes por delante, simplemente repasa el sueño unas cuantas veces y anótalo.
Antes hemos comentado que cuanto más te adentres en el ciclo del sueño, tus sueños serán más largos y vívidos. Este método permite recordar el sueño más largo y más reciente, pero es probable que olvides el resto.
Un método alternativo para quienes quieren anotar todos sus sueños, es programar el despertador a intervalos durante toda la noche, para que suene a las 4 horas y media, a las 6 o a las 7 horas y media de quedarte dormido/a. Lo ideal es que estos intervalos te despierten durante cada una de las fases REM, lo que te permitirá escribir más sueños, además de servir como un ejercicio de memoria un poco más intensivo.
Aunque los sueños lúcidos y la parálisis del sueño comparten similitudes, principalmente una conexión con el sueño REM, son muy distintos. La principal diferencia es que los sueños lúcidos suelen estar relacionados con la imaginación y un sueño saludable, mientras que la parálisis del sueño tiene que ver con el nerviosismo mental y una falta de sueño prolongada.
Quienes son capaces de tener sueños lúcidos suelen tener una buena relación con el descanso, mientras que las personas que sufren la parálisis del sueño tienden a tener una relación mala.
Aunque los sueños lúcidos a veces pueden resultar desagradables, no son peligrosos, y la mayoría de las veces, la experiencia es placentera. Vamos a desmentir o confirmar algunos de los miedos más habituales que se asocian con los sueños lúcidos.
Miedo a quedar atrapado/a: ten por seguro que esto nunca va a ocurrir, aunque a veces se puede pasar a otro sueño en lugar de volver a la realidad, lo que sin duda puede ser angustioso.
Experimentar la parálisis del sueño: esto no es muy habitual. Como ya hemos dicho, cada fenómeno es el resultado de un estado mental muy distinto. Sin embargo, dado que ambos ocurren al filo del sueño REM, es posible experimentar parálisis del sueño en lugar de un sueño lúcido.
Ser incapaz de distinguir la realidad de los sueños: este es un gran temor de muchas personas, aunque no está claro que alguna vez le haya pasado a alguien. Recuerda que te darás cuenta de que tienes un sueño lúcido al identificar las anomalías del mundo de los sueños. Por lo tanto, es lógico pensar que también podrás distinguir la realidad a través de su normalidad.
La mayoría de los soñadores lúcidos están de acuerdo en que, en realidad, te hacen sentir más descansado/a. Sin embargo, debido al carácter emocionante e impactante del estado de sueño lúcido, es posible que te despiertes y no puedas volverte a dormir. Por eso, hasta que no hayas descubierto tu propia relación con estos sueños, es mejor limitarlos a las noches en las que puedas permitirte el lujo de estar cansado/a al día siguiente.
Aquí tienes unos consejos finales para que puedas empezar a experimentar tus propios sueños lúcidos.
Es conveniente leer el diario de sueños todas las noches antes de acostarte. Esto predispondrá tu mente para recordar los sueños.
La práctica hace al maestro. Es posible que al principio te resulte bastante difícil, pero si sigues el mismo sistema cada noche, mejorarás de forma gradual; ten paciencia.
Ten una libreta a mano durante todo el día. Mientras llevas a cabo tus obligaciones, continúa intentando recordar más detalles sobre tus sueños. Si te acuerdas de algo, escríbelo.
Busca patrones en los sueños que has anotado. Esto será útil tanto para los sueños lúcidos como para recordar los sueños, resaltándolos en tu cerebro.
Recuerda que tus notas son una experiencia personal, no tienen que tener sentido para otras personas.
Apunta todo lo que recuerdes, aunque tampoco tenga sentido para ti.
Los sueños suelen ser más fáciles de recordar si los escribes en tiempo presente.
Si tienes un sueño recurrente, anótalo también, ya que es la costumbre de anotarlos, así como el contenido de los mismos, lo que te ayudará a recordar los sueños en el futuro.
Dominar el arte de los sueños lúcidos es una habilidad muy interesante. Tanto si quieres vivir tus fantasías más locas como enfrentarte a problemas personales, resultan muy útiles. Aunque al principio pueden ser difíciles de dominar, merecen la pena. ¿En qué otro lugar vas a encontrar algo igual de alucinante, gratis y sin efectos secundarios? Utiliza todo el poder de tu mente, y más adelante lo agradecerás.
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