La Voacanga africana es una planta muy interesante. No tanto a simple vista, pero recientemente se ha hecho muy popular entre los psiconautas por sus supuestas propiedades alucinógenas.
No hay mucha información disponible sobre los efectos y consumo de la Voacanga africana en ceremonias y rituales de África occidental. En este artículo vamos a analizar lo que se sabe de esta escurridiza planta y sus propiedades. También nos centraremos en cómo se puede utilizar la Voacanga africana para inducir un viaje psicodélico, y la forma de cultivarla.
Arrojemos algo de luz sobre la Voacanga africana.
La Voacanga africana es un árbol pequeño que crece en los suelos ricos y húmedos de los bosques tropicales y subtropicales de África Occidental. A simple vista, podría confundirse con una planta ornamental de jardín. Tiene una altura de hasta 6m, sus hojas son alargadas y ovaladas, y sus flores parecen copos de nieve, blancos o amarillos, dependiendo del espécimen. Sus frutos se asemejan a unas bayas grandes y moteadas que, cuando están maduras, se abren por la mitad. Los animales se alimentan de su pulpa amarilla, lo que permite propagar sus semillas.
Desde su descubrimiento en 1894, la Voacanga africana estuvo considerada como un simple arbusto tropical hasta la Segunda Guerra Mundial. Tras este conflicto, empezó a ser muy apreciada por la industria farmacéutica debido a sus propiedades medicinales. Los alcaloides de esta planta se pueden encontrar en algunos medicamentos estimulantes para el tratamiento de las adicciones y las afecciones del corazón, así como para los trastornos relacionados con la salud geriátrica.
Recientemente, los psiconautas han empezado a interesarse por el potencial psicodélico de la Voacanga africana. En internet, hay rumores sobre lugares lejanos en los que utilizan la corteza, las raíces y las semillas de esta planta como sustancias venenosas, afrodisíacas, estimulantes y hasta psicodélicas en rituales. ¿Qué hay de cierto en estos rumores?
La Voacanga africana tiene unos compuestos muy interesantes. Esta planta ha despertado la curiosidad de los psiconautas más osados con los alcaloides que ofrece en distintas concentraciones en sus raíces, corteza, hojas y semillas.
Los alcaloides de la Voacanga africana son:
La voacamina es un potente estimulante cardiotónico, mientras que la voacangina es un conocido agente psicoactivo. La estructura química de ambos alcaloides se asemeja a otra sustancia muy interesante que también está presente en la planta: la ibogaína. Aunque todavía no entendemos su función por completo, se cree que la ibogaína es muy eficaz a la hora de modular la excitabilidad neuronal y la transmisión sináptica, además de ser un estimulante natural contra la fatiga. En dosis altas, la ibogaína es un psicodélico fuerte que induce una experiencia onírica e introspectiva.
De toda esta mezcla de alcaloides, un 5-10% se encuentran en la corteza de la raíz, un 4-5% en la corteza del tronco, el 1,5% en las semillas, y entre un 0,30 y un 0,45% en las hojas.
Además de triturar sus semillas, también se pueden sembrar para cultivar tus propios árboles de Voacanga africana. Puesto que es una planta poco común en occidente y requiere de ciertos cuidados especiales para que crezca sana y salva, te recomendamos que leas atentamente nuestra sencilla guía de cultivo más abajo.
Antes de nada tendrás que comprar semillas de Voacanga africana. Dado que casi todas las semillas estarán en un estado de letargo, tendrás que asegurarte de "despertarlas" para empezar lo antes posible con el proceso de germinación.
Empieza por limpiarlas de todo residuo orgánico. A continuación, colócalas en un colador o tamiz y ponlo bajo un chorro de agua fría, para eliminar los restos de polvo.
Una vez secas, deberás usar un ácido suave (como vinagre o una solución con zumo de limón) para que las semillas rompan sus cáscaras y fomentar la germinación. La inmersión de las semillas en el ácido durante 10-15 minutos hará lo que hace el sistema digestivo de los animales en la naturaleza.
Una vez transcurrido este tiempo, vuelve a enjuagar las semillas con agua corriente. Para evitar que se forme moho, empapa las semillas en agua oxigenada del 3% durante otros 20 minutos. No hace falta aclararlas otra vez con agua. Pon las semillas en un recipiente y coloca la tapa encima, dejando que se produzca cierto intercambio de aire.
La mejor opción es un recipiente transparente que te permita controlar la germinación sin quitar la tapa. Pasará al menos un mes antes de que salgan los primeros plantones.
Si ves que se empieza a formar moho, vierte un poco de agua oxigenada en el recipiente, desinfecta las semillas agitando bien, y deshazte del líquido sobrante. Repite si vuelves a ver señales de moho.
Dado que la germinación de la Voacanga africana es bastante irregular, sigue vigilando el resto de semillas tras la aparición de los primeros brotes, ya que podrían germinar durante los dos meses siguientes.
Cuando lo hayan hecho, saca los plantones maduros, es decir, los que tengan una raíz de entre 0,65 y 0,85cm de largo. Plántalos en una mezcla de suelo rico y deja entre ellos un espacio de al menos 5cm. Mantén el suelo húmedo, pero no encharcado, y el recipiente expuesto parcialmente a la luz del sol.
Únicamente cuando los plantones hayan tenido la oportunidad de madurar, tras unos 3 o 4 meses, trasplántalos por separado y colócalos bajo la luz del sol. Trata de mantener siempre una humedad alta en el suelo y una temperatura cálida. Y asegúrate de proteger tus plantas de las heladas durante al menos los tres primeros años. De esta forma, garantizarás el crecimiento sano de tus plantas de Voacanga africana.
Esperamos que este artículo haya arrojado un poco de luz sobre esta planta tan fascinante y misteriosa. Sin duda, se necesitan más investigaciones para conocer mejor sus propiedades y aplicaciones, pero si estás buscando algo nuevo y diferente para potenciar tu experiencia psicodélica, prueba con la Voacanga africana.
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