El reino vegetal es una fuente muy rica de vegetación psicoactiva venerada durante mucho tiempo por numerosas culturas. Algunas de las especies vegetales más famosas de este panteón psicoactivo atemporal son el cannabis, los cactus de mescalina, la ayahuasca, y las setas con psilocibina (aunque técnicamente pertenecen a la familia de los hongos).
Aunque estas especies han acaparado la mayor parte de la atención, existen muchas otras que también ofrecen unos efectos interesantes, agradables y, a menudo, terapéuticos. El loto blanco es un magnífico ejemplo. Vamos a conocer esta especie y a analizar sus efectos e historia.
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El loto blanco, también conocido como nenúfar blanco y azucena de agua, es una planta con flor que pertenece a la familia Nymphaeaceae.
Esta forma de vida es originaria de África Oriental y el sureste de Asia, y fue introducida por primera vez en proyectos de cultivo occidental en 1802. Esta planta perenne es un tipo de nenúfar que crece a una altura media de 45cm y prefiere las aguas soleadas y cálidas de los estanques. Además de por sus propiedades psicoactivas, el loto blanco también se cultiva como elemento decorativo, por sus flores de pétalos blancos y centro de color amarillo intenso.
Puede que los psiconautas más curiosos ya estén familiarizados con el loto azul, también conocido como Nymphaea caerulea o loto azul egipcio. Esta especie pertenece a la misma familia de plantas que el loto blanco, y comparten muchas características, como su aspecto, hábitat y efectos psicoactivos.
Al igual que el loto blanco, el loto azul ha sido utilizado por numerosas culturas antiguas de todo el mundo. Entre esas culturas se encuentran los egipcios y los mayas. El loto azul tiene flores que miden entre 10 y 15cm de diámetro, y unos pétalos de color azul pálido con un centro amarillo. Se cree que el loto azul se originó a lo largo del Nilo y en otras partes de África Oriental, antes de extenderse al subcontinente indio y a Tailandia.
Ambas especies inducen un estado relajado y eufórico gracias a la presencia del alcaloide psicoactivo aporfina.
El efecto psicoactivo del loto blanco es principalmente calmante e hipnótico. Los consumidores hablan de un efecto rápido y eufórico comparable al subidón de la cafeína o la nicotina. Este efecto mejora el estado de ánimo y hace que las actividades y tareas rutinarias sean más placenteras y gratificantes.
Esto es posible gracias a que la planta produce el alcaloide aporfina, una molécula del tipo de los alcaloides quinolínicos. Esta sustancia química es un agonista de los receptores de la dopamina, lo que significa que activan esos receptores imitando a la dopamina del cerebro y produciendo unos efectos similares a los del neurotransmisor, como la motivación, la mejora del ánimo, y la euforia.
El disfrute de este efecto psicoactivo está lejos de ser un fenómeno moderno. El loto blanco a menudo aparece representado en el arte egipcio, en piedra tallada y en pinturas. Es evidente que esta antigua cultura veneraba ambas especies vegetales, probablemente debido a sus fascinantes efectos psicoactivos. Estas imágenes a menudo se encuentran en escenas de celebraciones, bailes y rituales.
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