5 errores habituales al cuidar de los cactus y cómo corregirlos

Los cactus tienen fama de ser plantas fáciles de cuidar. Su capacidad para sobrevivir en los desiertos más áridos del planeta hace que parezcan casi invencibles. Sin embargo, muchas de las personas que tienen un cactus pronto descubren que estas resistentes plantas no son inmunes a los malos cuidados. Al cultivar un cactus es muy habitual cometer errores, especialmente entre los principiantes. Fallos como regar en exceso, usar una tierra no adecuada o no proporcionar suficiente luz pueden causar graves problemas.

Saber detectar estos problemas a tiempo marca la diferencia. Incluso algo aparentemente inofensivo, como usar una maceta no adecuada o abonar los cactus con demasiada frecuencia, puede tener malas consecuencias. En este artículo te explicamos cómo identificar y solucionar los cinco errores más habituales en el cuidado de los cactus, junto con soluciones sencillas y prácticas que te ayudarán a mantener tus cactus sanos y fuertes.

Los 5 errores más habituales en el cuidado de los cactus

Aunque los cactus sean más resistentes que la mayoría de plantas de interior, necesitan los cuidados adecuados para crecer. Aquí tienes las equivocaciones más frecuentes al cultivar un cactus y cómo evitarlas.

Regar en exceso

El exceso de riego tal vez sea el error más habitual al cuidar de los cactus. Los cactus son plantas desérticas que han evolucionado para sobrevivir con lluvias mínimas, por lo que sus raíces están diseñadas para absorber agua rápidamente y permanecer secas durante largos periodos. Si regamos un cactus del mismo modo que regamos las plantas de interior, sus raíces permanecerán demasiado tiempo en tierra húmeda. Estas condiciones favorecen la putrefacción de las raíces y la aparición de infecciones bacterianas y problemas fúngicos.

Reconocer las señales a tiempo puede salvar tu planta. Los síntomas del exceso de riego en los cactus son:

• Tallos amarillentos o manchas en la planta
• Los tallos están blandos o pastosos al tacto
• Al inspeccionar las raíces, están marchitas, ennegrecidas o huelen mal.

Si no se pone remedio, estos síntomas empeorarán y la planta podría marchitarse por completo.

Cómo solucionarlo:

• Comprueba siempre la tierra antes de regar. Introduce el dedo a unos 5cm de profundidad; si la tierra está seca, puedes regar.
• Utiliza macetas con agujeros de drenaje para permitir que salga el exceso de agua.
• Usa herramientas para regar cactus, como regaderas de boquilla larga que suministren cantidades controladas de agua.
• En invierno, riega con mucha menos frecuencia. En los meses más fríos, los cactus suelen entrar en un estado de letargo y solo necesitan un mínimo de humedad; puede que una vez cada 4-6 semanas.

Recuerda que algunas especies de cactus se arrugan ligeramente de forma natural entre riego y riego. Esto es completamente normal y no siempre es señal de que necesiten un riego urgente.

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Utilizar una mezcla de tierra inadecuada

Usar la mejor mezcla de tierra para cactus de interior es una de las formas más sencillas de evitar muchos problemas habituales. Al comprar un cactus, mucha gente simplemente utiliza cualquier mezcla de tierra que tenga en casa para trasplantarlos. Pero, lamentablemente, la tierra estándar para macetas retiene el agua durante demasiado tiempo, lo que es una trampa mortal para los cactus.

Las raíces de los cactus necesitan un drenaje rápido y mucho aire para mantenerse sanas. Aunque la capa superior de tierra parezca seca, la humedad retenida en las capas más profundas puede dañar los cactus.

Usar una tierra no adecuada puede provocar:

• Que se pudran las raíces aunque el riego sea poco frecuente
• Crecimiento de hongos en la tierra
• Crecimiento lento o atrofiado de la planta

Cómo solucionarlo:

• Compra una mezcla de tierra específica para cactus en un centro de jardinería. Estas mezclas están diseñadas para imitar las condiciones del desierto, permitiendo que el agua drene rápidamente.
• Otra opción es preparar tu propia mezcla de tierra. Para ello, mezcla dos partes de arena gruesa con dos partes de tierra para cactus y una parte de perlita o piedra pómez.
• Evita usar tierra de jardín, ya que es demasiado pesada y a veces es portadora de plagas o enfermedades.
• Si tu cactus está en una tierra no adecuada, trasplántalo. Así tendrá un nuevo comienzo y más posibilidades de sobrevivir.
• Al trasplantar, deja la tierra un poco suelta, sin compactarla demasiado fuerte alrededor de las raíces.

Falta de luz

La luz es esencial para el buen crecimiento de los cactus. En la naturaleza, los cactus están expuestos al sol la mayor parte del día. Al cultivar un cactus en interior, a veces no reciben suficiente luz, lo que causa problemas como la etiolación (la planta se estira excesivamente en busca de luz). La falta de luz también debilita al cactus, haciendo que sea más propenso a sufrir plagas y enfermedades.

Estas son algunas de las señales que indican que tu cactus no recibe suficiente luz:

• Tallos delgados y alargados
• La planta está inclinada o doblada
• Color pálido o apagado, en lugar de un verde saludable
• Crecimiento muy lento o nulo durante los meses activos

Cómo solucionarlo:

• Coloca tu cactus en el lugar más luminoso posible, idealmente una ventana orientada al sur o al oeste.
• Si no puedes proporcionar suficiente luz solar natural, puedes usar luces de cultivo para cactus. Lo mejor son las luces de cultivo LED que imitan la luz solar de espectro completo.
• Coloca la lámpara a una distancia de 15-30cm por encima del cactus y déjala encendida entre 12-14 horas al día.
• Rota el cactus cada 2-4 semanas para que todos los lados reciban la misma exposición a la luz. Así evitarás un crecimiento desigual.
• Ten cuidado con el sol intenso del mediodía en el caso de las plantas jóvenes o las especies sensibles. En verano, utiliza cortinas translúcidas para suavizar la luz, si es necesario.
• Saber cuánta luz solar necesitan los cactus de interior marcará una gran diferencia en su aspecto y salud.

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Usar una maceta de tamaño inadecuado

El tamaño de la maceta es vital para todas las plantas, incluidos los cactus. Usar una maceta demasiado grande o demasiado pequeña puede causar problemas. Si es demasiado grande, retendrá el exceso de humedad, lo que aumenta el riesgo de que se pudran las raíces y aparezcan plagas habituales de los cactus. Si es demasiado pequeña, puede oprimir las raíces, frenando el crecimiento y provocando estrés a la planta.

Estos son algunas señales de que podrías estar usando una maceta de tamaño inadecuado:

• Crecimiento estancado, pese a proporcionar los cuidados correctos
• Puedes ver las raíces dando vueltas alrededor de la base de la maceta
• La tierra permanece húmeda demasiado tiempo después de regar

Cómo solucionarlo:

• Elige una maceta que solo sea ligeramente más grande que el cepellón del cactus, normalmente 1-2cm más ancha.
• Utiliza macetas hechas con materiales transpirables, como la terracota o la arcilla sin esmaltar.
• Asegúrate de que la maceta tenga al menos un agujero de drenaje en la base.
• Trasplanta el cactus cada dos o tres años, o siempre que veas las raíces saliendo por los agujeros de drenaje.
• Evita las macetas profundas, salvo que cultives una especie de cactus de raíces profundas, como el saguaro o el pitayo dulce.
• Al elegir bien el tamaño de la maceta, tus cactus tendrán más posibilidades de crecer sin riesgos innecesarios.

Exceso de fertilizante

Los cactus crecen lentamente y no necesitan demasiado abono. Mucha gente cree erróneamente que dar más fertilizante a los cactus acelerará su crecimiento, pero esto suele tener el efecto contrario. El exceso de abono provoca un crecimiento frondoso y débil que se desploma por su propio peso, lo que provoca que se rompan los tallos y se estrese la planta.

Los síntomas del exceso de fertilización son:

• Tallos blandos e hinchados
• El nuevo crecimiento de la planta está flácido y con aspecto anormal
• Cambio de color de las hojas (en caso de haberlas)
• Mayor presencia de plagas

Cómo solucionarlo:

• Utiliza un abono para cactus equilibrado y diluido (por ejemplo, una fórmula 10-10-10 o 5-10-5).
• Abona los cactus únicamente durante la temporada de crecimiento (primavera y verano) y no más de una vez al mes.
• En otoño e invierno, evita fertilizar los cactus, ya que la mayoría de ellos entran en letargo.
• Haz un lavado de raíces de vez en cuando, regando abundantemente y dejando que se drene el exceso de agua. Esto ayuda a eliminar las sales acumuladas y los restos de fertilizante.
• Sigue atentamente las instrucciones que aparecen en el envase del fertilizante.

Si fertilizas tus cactus correctamente, conseguirás un crecimiento sano y constante sin poner en riesgo la planta.

Fertilizante para cactus

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Cuidar los cactus es más fácil de lo que crees

Cuidar de un cactus correctamente no tiene por qué ser complicado. La mayoría de problemas se deben a unos cuantos errores habituales: regar en exceso, usar una tierra no adecuada, falta de luz, usar una maceta de tamaño inadecuado o fertilizar en exceso la planta. Si entiendes cómo estos factores afectan a tus cactus, podrás crear un entorno mucho más sano para ellos.

Pero, si ya has cometido algunos de estos errores, no te desanimes. Saber cómo revivir un cactus moribundo forma parte de aprender a cuidarlos mejor. Ajusta el riego, trasplántalos a una tierra adecuada, proporciona la luz necesaria y ten paciencia. La recuperación puede llevar tiempo, pero con los cuidados adecuados, los cactus muchas veces se recuperan con más fuerza que antes.

Max Sargent

Max escribe desde hace más de una década, y en los últimos años se dedica al periodismo del cannabis y psicodélico. Tiene experiencia en numerosos aspectos del sector, y colabora con empresas como Zamnesia, Royal Queen Seeds, Cannaconnection, Gorilla Seeds, MushMagic, etc.

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