Entrevista Con Jon Hopkins Sobre Music For Psychedelic Therapy
En esta conversación con Jon Hopkins se analiza la inspiración y motivación que condujo a la creación de Music for Psychedelic Therapy, un nuevo álbum diseñado para ser escuchado bajo los efectos de sustancias psicodélicas, con el fin de disfrutar de una experiencia única y un viaje interior.
En esta entrevista charlamos con Jon Hopkins sobre su último lanzamiento: Music for Psychedelic Therapy. Con un enfoque revolucionario, esta obra musical está pensada para acompañar a los consumidores durante sus experiencias psicodélicas.
La grabación completa de esta entrevista está disponible en Spotify. Nota: el audio de la entrevista está en inglés.
Utilizando sonidos provenientes de las selvas ecuatorianas y los bosques del sur de Inglaterra, no se parece a ninguna otra obra musical creada hasta la fecha. Con un estilo situado entre el de un paisaje sonoro ambiental y una poderosa sinfonía, es a la vez profundamente conmovedora y, sin embargo, extrañamente neutra. Esta dicotomía le confiere la posibilidad de acompañar a la gente en las profundidades de sus experiencias psicodélicas, guiándolas pero sin interferir en ellas.
Music for Psychedelic Therapy ofrece un lugar para que cada persona siga su propio camino exclusivo, y se puede describir como un espacio en el que existir, más que como una obra musical para escuchar.
Max: ¿Cómo empezó tu interés por los psicodélicos? ¿Fue una ocasión puntual, o algo que fue progresando con el tiempo?
Jon: Mi relación con estas sustancias es bastante larga y compleja. Empezó en la adolescencia, cuando experimentaba con la marihuana; que no se suele calificar como un psicodélico, aunque en mi opinión es uno de los más potentes. No sabía lo que hacía. Sin duda, consumí demasiada.
Pero lo que ocurrió como resultado de esa experimentación fue una especie de apertura a un mundo interior que no tenía ni idea de que existía. Y de alguna forma me abrió los ojos y me mostró este milagroso universo interno. Siempre eran experiencias muy alegres, y siempre en combinación con la música, como un subidón físico extremo y una increíble imaginería visual, y todo tipo de cosas.
Pero después de un par de años, dejó de funcionar; yo quería llegar a ese lugar pero era incapaz de alcanzarlo, y de hecho, empezó a tener un efecto negativo en mí. Así que dejé las drogas por completo y no consumí más psicodélicos hasta que pasaron unos ocho años. Tendría 26 o 27 años, y en esa época aprendí a meditar y también aprendí técnicas respiratorias, por lo que me sentía un poco más seguro de mí mismo y con más habilidades para explorar ese mundo interior.
Max: Creo que poder observar lo que ocurre en tu mente de una forma hasta cierto punto imparcial ayuda a disfrutar plenamente de la experiencia psicodélica, en lugar de resultar solamente confusa.
Jon: Sí, exactamente. Exactamente. Así que, cuando empecé a tomar hongos por primera vez, fue en un entorno sumamente seguro y bonito, en una playa de Escocia, con muchos de mis amigos más antiguos. Y, ¿sabes?, no lo describiría como algo ceremonial, sino que fue más como, ya sabes, bebiendo y consumiendo un montón de setas.
Pero fue tan espectacular y tan apacible, y nos reímos tanto; fue como si experimentara una especie de despertar a la majestuosidad de la naturaleza. Al amanecer, lo observé todo con asombro, como si fuera la primera vez. Todos hemos tenido esos momentos con los hongos, y sin duda fue una experiencia transformadora.
Recuerdo que pensaba: ¿no es alucinante que puedas coger una seta del suelo, y que esta sea capaz de ofrecerte una experiencia que te haga querer proteger la ecosfera que la ha producido? Es casi como si formara parte de la técnica de autopreservación de la Tierra, ¿sabes?
Max: Sí, realmente es una forma muy bonita de interpretarlo. ¿Tienes una opinión concreta sobre lo que es la experiencia psicodélica?
Jon: Bueno, hay muchas. Quiero decir, todas son muy distintas, la verdad, dependiendo de la sustancia. Para mí, la experiencia con psilocibina es una de las que, en cierto modo, están enfocadas hacia fuera, y luego están en las que te sumerges en un viaje interno de forma deliberada, que pueden ser mucho más intensas.
La experiencia con DMT es, en conjunto, completamente distinta a todo lo demás; es un plano de realidad muy diferente, que no parece tener nada que ver con nuestros insignificantes intereses humanos. Es algo tan distinto que no tiene ninguna relación, mientras que la psilocibina es una especie de guía en áreas de tu vida que es posible que necesites revisar.
Max: Creo que “guía” es la palabra adecuada. En mi opinión, es como si te cogiera de la mano y supiera qué es lo mejor para ti. Incluso cuando te conduce a lugares oscuros, lo hace de una forma muy agradable.
Jon: Aunque si te equivocas con la dosis (yo tengo mucho cuidado porque no quiero vivir esa experiencia), he oído que los hongos pueden ser bastante complicados, y que tienen sus propias intenciones ocultas si se toman en dosis realmente exageradas. Pero yo no hago eso.
Max: En lo que respecta a tu álbum Music for Psychedelic Therapy, hace tiempo que sentía curiosidad por probarlo, y lo he hecho. Tomé hongos con un IMAO, y fue más parecido a un viaje con DMT.
Jon: Ah, vaya, ¿y cuánto tiempo duró el viaje?
Max: Probablemente unas 8 horas, pero alcanzó su punto máximo antes que nunca, y permanecí en ese mismo nivel durante todo el viaje.
Jon: Suena bastante intenso.
Max: Sí, lo fue. Tuve alucinaciones y esas cosas. Fue bastante extraño, pero espectacular. Y tu álbum... tu álbum formó buena parte del mismo.
Jon: El problema del álbum es que debería durar 8 horas. Pero me llevaría ocho años hacerlo. Quiero decir, crearé más volúmenes, sin duda. Pero sí, en realidad es la duración de un viaje con ketamina, que es con el que posiblemente combine mejor.
Max: ¿Lo has diseñado especialmente para ese tipo de viaje?
Jon: Bueno, no de forma consciente. La ketamina no se considera un psicodélico, pero en mi opinión, si nos basamos en el significado de la palabra psicodélico, que es “manifestación de la mente”, para mí es de lo más psicodélico que hay.
Así que, lo que creo, de donde creo que viene el álbum es de una mezcla de experiencias con ketamina y DMT. Creo que muchos de los sonidos en realidad están más relacionados con la experiencia con DMT, pero están contenidos dentro de la experiencia que proporciona la ketamina, que ofrece cierta seguridad y ausencia de miedo, y además es más corta.
Para mí, y mucha gente está de acuerdo con esta idea, la música, y en especial este tipo de música con sonidos envolventes, adopta una cualidad muy física con la ketamina y se convierte en todo tu universo, en todo el entorno en el que habitas. Y por eso, para mí, es como tener el superpoder de crear un universo y habitarlo durante una hora; como si estuvieras creando una especie de palacio sónico al que puedes ir a pasar un rato. Es un poco como un sueño.
Max: Sin duda. Creo que lo del palacio sónico es muy interesante, porque yo he intentado meditar mientras escuchaba el álbum, y he experimentado una especie de dimensión fractal, pero que no cambiaba con el tiempo; esta especie de mundo estructural se abrió delante de mis ojos y adoptó esas dimensiones que no podía concebir. Pero se trataba de una especie de forma, aunque no en un sentido estricto. Pero estuvo muy presente y fue realmente agradable.
Jon: Para crear las etapas finales utilicé los viajes con ketamina, más o menos cada tres semanas, simplemente por probar y ver cómo funcionaba. Sabía de forma intuitiva cuando por fin era correcto, cuando no quedaba nada más que tuviese que cambiar, que era como tenía que ser. Pero no sé cómo lo sabía; solo sabía que estaba terminado. Había una especie de inteligencia desconocida detrás del proceso que no parecía salir de mí, pero que la sentía como algo muy intuitivo.
Max: Vale, perfecto. Y en cuanto a eso, la creación del álbum, ¿lo empezaste con la idea de que toda la obra formara una especie de trayectoria para la persona que fuera a escucharla? Porque, en mi caso, parecía ofrecer una intensa sensación de estar llevándome a diferentes sitios antes de concluir. ¿O fue algo que ocurrió de forma orgánica?
Jon: Sí, bueno, mi método para escribir música siempre es orgánico, así que nunca planifico nada. De hecho, lo primero que creé fue la sección “Tayos Caves”, que en realidad iba a ser una pieza musical independiente. Pero cuando apareció “Sit Around the Fire”, que es el último tema del álbum, me di cuenta de que tenía el cierre de un disco.
Fue entonces cuando surgió la idea de hacer un álbum completo con este tipo de música. En realidad se trata de confiar en esa intuición en la que he confiado con los otros álbumes, cuando continúas trabajando y todo encaja en su sitio, y tienes que confiar en lo que va a pasar porque el subconsciente está al mando.
Max: Yo creo que la mejor práctica, con diferencia, para el desarrollo creativo es abandonarse a él por completo y dejar que tome el control. O, al menos, dejar que las cosas asuman el control de sí mismas.
Jon: Sí, creo que tienes razón. Es, como se suele decir, cuestión de quitarte de en medio.
Max: En el último tema, dada la trayectoria de toda la experiencia, las palabras del final me parecieron muy curiosas por la forma en la que se llega a ellas; al principio es una especie de viaje egoísta, y después, hacia el final, se produce algo así como la disolución del ego. Y esas palabras lo confirman de una manera muy bella; es bastante curioso y hace que resulte muy afable, muy colectivo, mucho más como... fue como una experiencia de repente compartida, en lugar de algo que se experimenta a solas.
Jon: Bueno, eso está guay. Lo mejor de la charla de Ram Dass es que incluso si eres consciente de ello y de si lo estás escuchando o no, no está hablando a un micrófono, está hablando a una multitud de personas. Así que, en cierta forma, lo que oyes es una experiencia colectiva. Y puedes apreciar en su voz que está completamente sintonizado. Ya sabes, se encuentra en el momento presente y está transmitiendo ese sentimiento a la gente. Tener la oportunidad de incluir eso en el álbum fue realmente extraordinario. Para mí sigue siendo un misterio que terminara de esa manera.
Max: ¿Cuánto tiempo hace que conoces esa grabación? ¿O la descubriste durante tu investigación para hacer el álbum?
Jon: No, proviene de un músico llamado East Forest con el que he estado en contacto desde hace tiempo. Estuvo trabajando con Ram Dass antes de que muriese, y grabó algunas de sus últimas declaraciones públicas. Y después de su muerte, la Fundación Ram Dass le pidió que pusiera música a algunas de las charlas que encontraron en cintas. Así que se puso en contacto conmigo y me envió esta charla, y también esos extraordinarios coros que se escuchan en el tema. Y el resto lo escribí a partir de eso. Simplemente sucedió. Y creo que sucedió de una forma bastante sincronizada, porque apareció en mi vida justo después de terminar “Tayos”, y ya me estaba dando cuenta de lo gratificante y restitutivo que resulta hacer este tipo de música; la clase de música que creo que estoy aquí para crear.
Max: Muy de acuerdo. Porque hace poco he tenido un viaje en el que me he dado cuenta de que existe una especie de conflicto extraño entre lo parecidas que son las vidas de todas las personas, pero también que todo el mundo lleve una existencia solitaria. Y después descubrí que tú habías dicho o escrito algo similar.
Jon: Yo también he tenido esa experiencia, y es muy interesante. Hace un par de semanas estuve en Glastonbury con mi hermano y un grupo de amigos, y nos lo pasamos muy bien, ya sabes; esas sensaciones que producen las partes mágicas de Glastonbury. Yo no suelo ir a las zonas grandes, sino a esas pequeñas áreas especiales que son exclusivas de Glastonbury; recuerdo sentir de forma vívida esa unión feliz, y ver claramente que no es algo que nos ocurra la mayor parte del tiempo, y fue muy triste.
Pero al mismo tiempo es importante aprovechar esos momentos de alegría colectiva, para recordar que son posibles e incluso que deberían ser nuestra base de referencia. En una comunidad, en una comunidad sana, así es cómo podrías sentirte la mayor parte del tiempo. Pero de alguna forma nos hemos refugiado en un rincón aislado, y a menudo nos olvidamos de ello. Y eso es algo que sin duda pueden hacer las sustancias psicodélicas, recordarnos todo eso, recordarnos lo que siempre ha estado ahí.
Max: Sí, creo que eso está conectado con la naturaleza, en el sentido de que cuando estoy bajo los efectos de los psicodélicos, siento una sensación de unidad y sencillez que también encuentro en la naturaleza estando sobrio, pero tengo problemas para encontrarla en cualquier otra parte del mundo. Y lo mismo ocurre con el arte; creo que el arte tiene una forma parecida de unir a las personas bajo un solo paraguas, ¿no crees?
Jon: Sí. Para mí esa es su finalidad. Sin duda tiene la finalidad de... Quiero decir, la razón por la que hago esto es... No recuerdo de quién es esta cita: "haces lo que quieres ver en el mundo" o "haces lo que quieres oír en el mundo". La música que he creado, este álbum, no existía, pero necesitaba que lo hiciera, principalmente por mí mismo. Y si funciona para mí, espero que funcione para otras personas.
Publicarlo ha sido extraordinario porque, obviamente, es un álbum muy poco comercial que no se puede reproducir en la radio y que tiene que encontrar su camino orgánicamente. Cosa que ha hecho de una manera interesante y lenta. Y cuando he asistido a diversos eventos, tanto relacionados con este álbum como mis conciertos normales (que obviamente giran más en torno al baile y esas cosas), he comprobado que tienen muy buena respuesta, mejor de lo que podría esperar, por parte de gente que los ha encontrado especialmente útiles, sobre todo en relación con cosas como el duelo, cómo entenderlo y cómo darle cierta perspectiva. Es algo que parece llegar a la gente, pero no sé cómo lo hace.
Mi propio dolor también está incluido, simplemente porque todo lo que escribes incluye tus propias experiencias. Y aunque nunca he experimentado la pérdida de un ser querido debido a la muerte, he perdido personas y seres queridos durante mi vida. Así que hay una corriente, un trasfondo de dolor; y creo que la música también puede dar sentido a eso, en cierto modo. Puede hacer cosas, puede poetizar cosas que de otra manera son muy difíciles de superar.
Max: Sin duda. Supongo que se trata de pura expresión, ¿no?
Jon: Sí. Y en especial la música sin letra. Es muy interesante porque con este disco estoy siendo lo más honesto posible en lo que respecta a mi mundo interno y mis propias experiencias. Pero debido a que es abstracto, nadie puede conocerlo por completo, pero pueden interpretarlo como quieran, y la gente escuchará diferentes cosas en él. Pero yo sé que es una traducción directa de mi yo, y ser capaz de hacer eso es un privilegio extraordinario, ¿no crees?
Max: Claro. Supongo que si le quitas el lenguaje y las palabras, podrías estar quitándole un poco de ego también, ¿no? Porque no te preocupa explicarte en términos concretos...
Jon: Sí. En cierto modo es un disco sin ego, porque obviamente, como he dicho, no tiene potencial para tener éxito desde el punto de vista comercial. No estaba pensando en el éxito. No es que normalmente esté obsesionado con él, porque si no no me hubiera pasado 20 años haciendo música instrumental, parte de la cual es bastante extraña. Pero quizás siempre hubo una parte subconsciente de mí que pensaba que tenía que funcionar delante de una audiencia, o algo así. Pero no estaba pensando en eso. Su creación fue una experiencia muy pura. Así que, sí, ha sido un cambio muy bonito y reconfortante.
Max: ¿Es algo que puedes volver a hacer por ti mismo? ¿O no puedes hacerlo sin tomar psicodélicos y extraer algo de ellos?
Jon: Sin duda. Quiero decir, para mí, la clave está en no escucharlo durante un tiempo para que conserve esa cualidad especial. Con otros álbumes, la verdadera dicha se produce en la fase de creación, porque para cuando está terminado y publicado, he creado un show para directos y tengo que interpretarlo todo el tiempo, y entonces los temas pierden su magia, al menos durante un tiempo, hasta que empiezas a crear variaciones nuevas e interesantes de ellos.
Pero dado que este álbum no se puede interpretar, es lo que es. Ofrecemos eventos ceremoniales con una reproducción envolvente, que en realidad solo consisten en escuchar el disco a través de varios canales, relajarse y absorberlo; la actuación no es importante. Así que, básicamente, no he tenido que escucharlo, no he tenido que volver a verlo, lo que significa que podría estar sin escucharlo seis meses, y luego descubrir que soy capaz de tener un viaje increíble en el que también esté incluido. Y eso está muy bien porque en realidad esa es su finalidad.
Max: Debe ser una experiencia muy hermosa, porque tu yo del pasado está guiando a tu yo del presente dentro del viaje.
Jon: Cierto. Sí. Es una buena forma de expresarlo.
Max: He leído que una persona reprodujo unas grabaciones tuyas en un entorno natural, las volvió a grabar y te las envió. Y creo que ese sonido tan natural es bastante tangible en todo el álbum, que para mí en especial hizo que fuera... Creo que potenció la sensación de espacio porque, en ciertos momentos, se puede percibir una especie de amplitud.
Jon: Sí, eso lo hice con mi amigo Dan, que graba con el nombre de 7Rays, y es alguien con quien he compartido muchas experiencias con DMT. Y aunque no fui particularmente consciente de ello cuando lo hicimos, creo que quise introducir en el álbum esa sensación que se experimenta cuando sales brevemente de una habitación en la que has estado alucinando y es de noche. Ya sabes, cuando tienes que salir por cualquier motivo y la luna está en el cielo y todo está en silencio; en este caso, era en un bosque de Devon. Es posible que oigas un búho, o que vayas a mear o lo que sea. Pero existe cierto... Durante unos segundos te encuentras con un mundo muy diferente.
Y luego vuelves a entrar en la habitación y la música sigue sonando, y el viaje casi se ha detenido y continúa de nuevo. Percibirás momentos como ese en el disco, sobre todo en la segunda mitad. Esa idea de entrar y salir de una habitación, y cuando vuelves a entrar, estás dentro de lleno. Y eso es algo que recuerdo que alguien describió. Esa sensación de que el cuarto comienza a adquirir energía, ya sabes, o “la habitación del ácido” sobre la que he escuchado hablar alguna vez. La gente entra en ella y siente esa energía derivada de todas las experiencias.
Max: Sí, claro. Es curioso que hayas mencionado el búho, porque hay un momento en el álbum en el que se escucha el sonido de un búho. Recuerdo que es una apertura preciosa, algo así como paz, tranquilidad y calma, que supongo que es exactamente lo que has descrito.
Jon: Exacto. Todas esas cosas, todos esos momentos, todas las aves que se escuchan, es justamente lo que estaba ocurriendo. Es exactamente eso, sin posicionamientos, sin biblioteca de sonidos; no fue algo como: ah, necesito un búho aquí. Dan estaba fuera fumando su pipa bajo la luz de la luna, y llevó a cabo muchas de las grabaciones de campo; las que no son de Ecuador son suyas. Y dio la casualidad de que había un búho. Así que fue como, vale, está claro que el búho tiene que estar en el disco. Debo confiar en el hecho de que todas esas cosas querían estar involucradas.
Max: Es muy bonito que sea una fusión de la selva ecuatoriana y Devon.
Jon: Sí. Bueno, en realidad se trata otra vez más de esa traducción de mis experiencias en música. Así que, sí, el álbum sin duda nació en Ecuador, pero la mayoría de mis experiencias psicodélicas se han producido en los bosques de Inglaterra, que cada vez me interesan más porque antiguamente también tuvimos nuestra propia sabiduría indígena, que, por supuesto, ha sido eliminada en gran parte.
Pero hay gente que todavía sabe de esas cosas, y sin duda puedes sentirlas cuando vas a sitios como Devon o Cornualles, y también en las Tierras Altas de Escocia. Y creo que en Gales e Irlanda todavía queda esa magia. Actualmente me interesa mucho todo esto.
Existe una fijación con la ayahuasca y el cactus huachuma (San Pedro). Estas prácticas se han preservado y todo el mundo las conoce. Pero nosotros teníamos nuestras propias tradiciones, y me interesa mucho aprender más sobre ellas. También teníamos nuestra propia cultura y música chamánica y todo eso. Así que, en realidad esto es mi equivalente de eso, y por eso incluyo muchos de los paisajes sonoros que he experimentado y con los que he crecido.
Max: Tengo la teoría de que la cultura de drogas alternativa de Bristol desciende directamente de las religiones paganas con druidas del West Country, que consumían hongos hace miles de años.
Jon: Estoy completamente dispuesto a creer eso. Sí, sin duda esa magia está ahí. Y no creo que haya desaparecido del todo. Otro tema que me interesa es aprender sobre nuestra propia mitología e historia antigua. Hay tanto que desconocemos y, ya sabes, se ha hecho un esfuerzo consciente para erradicarlas por parte de, bueno, de diferentes grupos de personas, en realidad, pero obviamente el cristianismo ha sido una parte importante de eso.
Max: Sí. E incluso ahora, el druidismo, ¿es así como se llama?
Jon: Tradición druídica.
Max: Tradición druídica...
Jon: Posiblemente.
Max: ...se considera una broma, mientras que el chamanismo de otras culturas es venerado como algo místico y maravilloso. Pero en cuanto tratas de rescatar la historia del Reino Unido, se convierte en una tontería hippie. Y es posible que también tenga mucho valor.
Jon: Para mí tienen el mismo valor. Es solo que, debido a que en general, esas culturas (ya sean de aquí o de allí) no guardaban registros escritos y todo se basaba en la tradición oral, una vez que se han perdido, se han perdido para siempre; y eso es duro.
Hay mucha incertidumbre en lo que respecta a, por ejemplo, el origen de Stonehenge. No hay pruebas de que estuviese relacionado con los druidas, pero muchos druidas lo visitan en la actualidad. No sabemos si eso es cierto o no, es un misterio. Los misterios también son muy atractivos. Y creo que lo que más me gusta de hacer música sobre este tipo de cosas es que no haces ninguna declaración de hecho; simplemente expresas un sentimiento y la sensación que te produce un lugar. Y parte de esa magia del terreno acaba en la música que creas.
Max: Supongo que practicas la meditación.
Jon: Sí. Ha sido un proceso largo. 22 años, creo, más o menos. Hay muchos tipos diferentes, pero la que me parece más poderosa es la meditación trascendental (MT). La conocí hará unos ocho años. Y ese fue el mayor punto de inflexión para mí. Pero la meditación Kundalini y muchos tipos distintos de respiración y yoga también han sido muy importantes.
Max: ¿Practicas estas disciplinas cuando tomas psicodélicos?
Jon: Solo las técnicas de respiración. Nunca he tenido necesidad de hacer MT bajo el efecto de los psicodélicos, creo. No lo sé. Ya son bastante alucinantes por sí solos. No sé tú, pero yo con las setas siempre siento una imperiosa necesidad de estirarme y mover el cuerpo como si estuviera haciendo yoga. Sin duda te hace ser consciente de dónde se concentra la tensión.
Max: Sí, moverse bajo el efecto de las setas es una sensación increíble. ¿Tienes un psicodélico favorito o una droga en general?
Jon: Mmm, sinceramente, la cerveza. Pero aparte de eso, creo que paso por distintas fases. El DMT es sin duda la sustancia más influyente, la más poderosa. Pero es posible que no la vuelva a probar. Creo que no necesito volver a tener una experiencia tan intensa. Me sentía como si estuviera en la escuela y tuviera que aprender unas lecciones que eran necesarias para hacer este álbum, pero ahora que lo he terminado, no estoy seguro de que quiera volver a probarla.
Así que supongo que mi droga favorita es la ketamina, aunque debo asegurarme de no tomarla muy a menudo, porque soy consciente de que tiene una cualidad más adictiva que otros psicodélicos. Pero hay algo muy especial en la duración del viaje y el hecho de que desaparezca completamente del cuerpo en una hora y media, y aun así sea posible acceder y casi reordenar partes recónditas de tu ser en un estado más saludable. Y eso para mí es bastante profundo y muy moderno; es una medicina muy necesaria en una situación moderna.
Max: Fascinante. Tendré que redescubrirla. Hace muchos años me arruiné a mí mismo la experiencia con ketamina, y desde entonces le he cogido miedo.
Jon: Si te sirve de consuelo, yo también. Ese es el problema con las drogas del mercado negro, que no existe educación ni una regulación adecuada en torno a ellas. Yo consumí un montón de ketamina cuando tenía 28 años, después de haber bebido como cuatro pintas, sin tener idea de que es muy peligroso mezclar ambas sustancias. Me puse muy malo, fue una de las peores experiencias de mi vida. Fue como ir bocabajo y hacia atrás en una montaña rusa durante una hora, mientras vomitaba. Como un infierno sin fin.
Así que no volví a tomarla durante años hasta que se volvió a introducir, ya sabes, cuando empezaron a conocerse sus propiedades medicinales. Y me di cuenta de que el término k-hole es en cierta manera casi ofensivo, porque es un espacio sagrado. La idea de hacer algo así en una discoteca es de lo menos atractiva para mí. No es seguro. Pero yo diría que es posible meditar, crear un espacio intencional en tu casa, y consumir una cantidad razonable para comprobar tu tolerancia. Y la mejor forma de volver a probarla sería con la música adecuada, en la habitación adecuada, y tal vez con una persona de confianza que te vigile.
Max: ¿Utilizas cuidadores de viajes? Porque a mí siempre me ha parecido una idea extraña en el sentido de que, salvo que estés con alguien que entienda estas experiencias y tenga empatía, la gente sobria me resulta bastante inquietante bajo el efecto de estas drogas.
Jon: Claro. No, tiene que ser alguien que conozcas, que conozcas bastante bien y que haya tomado una dosis pequeña o sienta cierta inclinación por los psicodélicos. Quiero decir, tener contigo a cualquier persona sobria sería... Para mí su presencia sería muy inútil. La ketamina se suele tomar a solas, pero con el DMT sí, porque los viajes duran solamente 15 minutos, y Dan y yo nos turnábamos para cuidar el uno del otro. De esa forma es más fácil, ¿sabes?
Max: Una vez tomé DMT con un amigo y fue la experiencia más rara de mi vida. Ninguno de los dos hablamos de ello mientras sucedía, pero más tarde le dije: "No sabía quién era yo durante el viaje", y él me contestó: "Yo tampoco". Fusionamos nuestras conciencias en algún punto intermedio y sentí, de la misma forma que una nota musical despierta cierta sensación, cómo sería ser él. Muy extraño.
Jon: En cierto modo, no me sorprende en absoluto, pero en realidad se debe a lo mágico que es todo. De hecho, eso también ocurre con la ketamina. Puedes comunicarte psíquicamente. Estoy convencido de ello. Sin duda puedes... si estás en una habitación con otra persona y lo estáis haciendo bien, y en cierta manera estáis volando juntos, os estáis comunicando energéticamente en lugar de verbalmente. Para mí es una sensación muy auténtica. Obviamente, no es algo que se pueda medir, y suena un poco como un pensamiento mágico, pero lo he experimentado tantas veces que realmente no me importa si es real o no, porque en eso consiste la experiencia, ¿no?
Max: Sí, creo que las mentes, incluso si es a través del cuerpo de alguna manera sutil que no entendemos, tienen una forma de comunicarse que no es con el lenguaje.
Jon: Sí, sin duda.
Max: Aparte de la tuya, ¿hay alguna obra musical que recomiendes para la terapia psicodélica?
Jon: Bueno, no hay muchas en formato largo, por eso quería hacer un disco de larga duración. Pero hay un montón de piezas cortas. Una de mis favoritas es Vaporware 01 de Donato Dozzy, y también Evening Side de Four Tet. Y algunos temas del nuevo álbum de Kelly Lee Owens. No recuerdo los títulos, pero hay una muy bonita que lleva el nombre de la palabra galesa para respirar (Anadlu, LP.8), y que entona repetidamente. Y también recomiendo escuchar los temas ambientales de este disco.
Max: Genial. Gracias. Y para terminar, esta es para mí porque me lo he estado preguntando durante años. En la canción Immunity, que es muy, muy especial para mí, ¿qué es esa muestra de un tipo de...?, no es exactamente percusión, pero mantiene el ritmo hasta el final.
Jon: Ah, es el pedal del piano. En realidad es el pedal suave de mi piano, que cruje, y después también es el pedal de resonancia. Básicamente los uso como si fueran tambores.
Max: Genial. Vale. Llevo años tratando de descubrirlo. Ahora ya lo sé. Estupendo.
Jon: Sí.
Max: Gracias, hombre. Muchas gracias.
Jon: Ha sido una charla muy agradable. Que pases un buen fin de semana.
Max: ¡Genial! Muchas gracias.
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