Lavado de cogollos: ¿Qué es y por qué deberías hacerlo?
Lavar los cogollos después de pasar tanto tiempo cultivándolos puede parecer una idea descabellada. A mucha gente le preocupa que su cosecha pierda potencia y sabor después de lavarla, pero esto no podría estar más lejos de la realidad. Sigue leyendo para saber más sobre el lavado de cogollos. ¡Pero deja a un lado la esponja y el jabón!
Cuando piensas en cosechar marihuana, normalmente te vienen a la cabeza el secado y el manicurado, pero el lavado de cogollos raramente se menciona. Sin embargo, esta sencilla técnica está ganando cada vez más adeptos entre los cultivadores caseros, y con razón.
El lavado de cogollos consiste en enjuagar cuidadosamente las flores de marihuana recién cosechadas para eliminar el polvo, suciedad, insectos e incluso restos de pesticidas. Aunque parezca contraproducente mojar los cogollos después de cultivarlos con esmero, este paso puede hacer que el producto final resulte más limpio, suave y agradable.
Si tu cultivo está expuesto a los contaminantes del aire o a las plagas en interior, en este artículo aprenderás a lavar tus cogollos para que sean más seguros y tengan mejor calidad.
¿Qué es el lavado de cogollos?
Como hemos mencionado, esta técnica consiste en enjuagar los cogollos recién cosechados en distintas soluciones a base de agua para eliminar cualquier impureza. Aunque todavía no es una práctica universal, cada vez más cultivadores (especialmente los que cultivan al aire libre o en entornos poco controlados) la usan para mejorar la pureza y la calidad de su hierba.
Esta técnica surgió como respuesta a los problemas del entorno que afectan al cannabis durante la fase de floración. Las plantas cultivadas al aire libre están expuestas a las partículas transportadas por el aire, como el polvo, el polen y la ceniza. Y tanto las plantas de interior como las de exterior pueden acumular insectos, esporas de moho y restos de pesticidas. Los cultivos de interior tampoco son inmunes a esto, ya que los ventiladores del cuarto de cultivo, las fluctuaciones de humedad y la actividad alrededor de las plantas pueden introducir partículas no deseadas en tu cultivo.
Para conseguir los mejores resultados, el lavado de cogollos debe formar parte de un buen proceso de cosecha y poscosecha.
¿Afecta el lavado de cogollos a la calidad del cannabis?
Una de las mayores preocupaciones de los cultivadores en relación a esta técnica es si puede dañar sus cosechas. Pero aunque mojar los cogollos pueda parecer una acción arriesgada, si se hace bien no perjudicará a los tricomas ni afectará a la potencia del cannabis. De hecho, lavar los cogollos puede reducir la aspereza y la irritación de garganta que podrían producirse al fumar o vapear cogollos contaminados.
Los tricomas (las glándulas resinosas cargadas de cannabinoides y terpenos) son sorprendentemente resistentes. Estas delicadas estructuras permanecen intactas cuando lavas los cogollos removiéndolos cuidadosamente en una mezcla adecuadamente preparada. Además, los cannabinoides y terpenos son hidrófobos, lo que significa que permanecen dentro de los tricomas, incluso cuando están sumergidos en agua.
Pero ten en cuenta que usar técnicas inadecuadas al lavar la marihuana (como usar agua muy caliente, productos químicos dañinos o no secar bien los cogollos) puede provocar la aparición de moho o reducir la calidad del cannabis. Por tanto, es esencial seguir los pasos adecuados, usar las proporciones correctas al preparar las mezclas y secar los cogollos en las condiciones adecuadas (hablaremos de esto más abajo).
En definitiva, lavar los cogollos ayuda a preservar su integridad, especialmente si se combina con un buen método de cosecha. Para obtener más información sobre cómo maximizar el potencial de tu cosecha, consulta nuestro artículo sobre cuándo cosechar las plantas de cannabis.
¿Por qué deberías lavar la marihuana?
Aunque existen algunos riesgos si no se realiza correctamente, las ventajas de lavar los cogollos suelen superar a los inconvenientes.
Ventajas del lavado de cogollos
- Humo más limpio: Al eliminar el polvo, la suciedad, los insectos y los restos de pesticidas o esprays foliares, se consigue un humo o vapor más suave y menos áspero.
- Eliminación de contaminantes o impurezas: Las plantas de interior y exterior pueden albergar plagas, esporas de moho, polen y restos de pesticidas. El lavado de cogollos ayuda a eliminar estas amenazas antes del curado.
- Mejor secado y curado: Los cogollos limpios suelen secarse de forma más uniforme y eficaz, reduciendo el riesgo de un curado desigual o sabores desagradables.
- Atractivo visual: Una vez secos, los cogollos lavados suelen tener un aspecto más brillante y fresco, que los hace más atractivos para consumo proprio y para compartir.
Posibles inconvenientes
- Riesgo de moho sin no se secan correctamente: Mojar los cogollos densos puede crear un entorno favorable para la aparición de moho, si no se secan bien rápidamente.
- Requiere más tiempo y material: El lavado añade otro paso al proceso poscosecha, y requiere recipientes limpios, agua e ingredientes como bicarbonato sódico, zumo de limón o agua oxigenada (dependiendo del método).
- Proceso de aprendizaje: Los cultivadores novatos podrían tener dudas o sentirse inseguros con respecto a esta técnica, pero con los conocimientos adecuados y un poco de práctica, lo harán sin problemas.
En pocas palabras, el lavado de cogollos es un método opcional pero muy eficaz para aumentar el sabor y la calidad de tu marihuana, y hacer que sea más segura, especialmente si cultivas en condiciones menos que ideales.
Cómo lavar los cogollos
Ya hemos comentado lo rápido y fácil que es este método, ¡así que pongámonos manos a la obra! Aquí tienes una guía detallada para lavar tu cosecha correctamente.
Lo que necesitas
- Tres cubos grandes donde puedas sumergir completamente los cogollos en agua (los de plástico estándar de 10 litros suelen ser suficiente)
- Bicarbonato sódico
- Zumo de limón
- Agua tibia
- Cuchara grande (para remover)
Preparación
- Cubo 1:
Llena uno de los tres cubos con agua a unos 20°C. Por cada litro de agua, añade 2 cucharaditas de bicarbonato sódico y 2 cucharaditas de zumo de limón. Si, por ejemplo, usas un cubo de 10 litros, añade 20 cucharaditas de bicarbonato y 20 cucharaditas de zumo de limón. Remueve un poco con la cuchara para que se disuelva todo bien.
El bicarbonato sódico y el zumo de limón producen una leve reacción química que disuelve cosas como la suciedad y otros contaminantes, pero no es lo suficientemente fuerte como para hacer que se desprendan los tricomas.
- Cubo 2:
Llena este cubo con agua a unos 20°C. Usaremos este cubo para enjuagar los cogollos tras pasar por el primer cubo.
- Cubo 3:
Llena el cubo 3 con agua fría. Este será nuestro segundo cubo de aclarado.
¡Eso es todo! Ahora tenemos un “cubo de lavado” (cubo 1) y dos cubos para el enjuague o aclarado. Enjuagamos los cogollos dos veces para asegurarnos de eliminar todas las impurezas.
Instrucciones paso a paso
Antes de empezar, coloca los tres cubos de modo que puedas acceder a ellos fácilmente. Puedes prepararlos en una zona limpia de tu balcón o terraza, o en algún otro lugar de tu casa.
Si acabas de cosechar, probablemente tendrás un recipiente lleno de cogollos recién cortados. Ten a mano otro recipiente para guardar temporalmente los cogollos lavados. También tienes la opción de cortar ramas de la planta y, tras manicurarlas un poco, lavarlas enseguida.
Importante: Debes preparar una zona donde puedas colgar los cogollos para secarlos. Pero prepárala antes de lavar la hierba, ya que no querrás acabar con un montón de cogollos mojados sin saber cómo ni dónde secarlos.
Paso 1: Cosecha los cogollos
Con unas tijeras de podar o un cuchillo afilado, corta las ramas con cogollos de tu planta. Para el lavado y secado, es más cómodo cortar ramas enteras. Deja suficiente tallo para poder manipularlas sin tocar los cogollos. Un menor número de ramas, pero de mayor tamaño, facilitará los procesos de lavado y secado.
Paso 2: Manicura los cogollos
Es recomendable manicurar los cogollos antes de lavarlos. Esto eliminará el exceso de clorofila y el sabor herbáceo que aporta esta molécula, sobre todo después del lavado. Además, es más eficaz lavar los cogollos después de manicurarlos. Pero, si prefieres, puedes recortarlos en seco después de lavarlos y secarlos.
Paso 3: Sumergir en el cubo 1
Coge una rama y sumérgela completamente en el cubo 1. El zumo de limón y el bicarbonato de sodio empezarán a descomponer los contaminantes que están presentes en la superficie de las flores. Al cabo de unos segundos, puede que se desprendan algunos residuos o partículas de los cogollos.
Sujeta la rama firmemente por el tallo y muévela suavemente dentro del agua; desplázala de izquierda a derecha, y hazla girar en círculo. Cuanto más muevas la rama, más suciedad y contaminantes se desprenderán de los cogollos. Pero hazlo con cuidado y sin brusquedad. Continúa lavando la hierba durante unos 30 segundos.
Paso 4: Sacude la rama
Saca la rama del cubo 1 y sacúdela suavemente durante varios segundos para eliminar cualquier resto de agua, suciedad y residuos que puedan haber quedado sobre los cogollos.
Paso 5: Enjuaga en el cubo 2
Ahora, sumerge la rama en el cubo 2 para enjuagarla. Muévela suavemente dentro del agua durante unos 30 segundos. Saca la rama del cubo y sacúdela con cuidado para eliminar los restos de agua.
Paso 6: Aclarado final en el cubo 3
Ahora, sumerge la rama en el cubo 3, el del agua fría. Repite lo que has hecho antes, moviendo suavemente la rama para darle el último aclarado.
Llegados a este punto, es probable que haya un poco de suciedad y residuos flotando en los cubos 1 y 2. ¿Te imaginas fumar todo eso? ¡Pues ya no tendrás que hacerlo!
Después de unos 30 segundos, saca la rama del cubo 3 y sacúdela suavemente por última vez para eliminar los restos de agua.
Paso 7: Colgar para secar
Los cogollos recién cosechados ya son de por sí bastante propensos a desarrollar moho, y ahora que están mojados serán aún más susceptibles. Esto significa que debemos colgarlos inmediatamente para secarlos.
El mejor lugar para secar los cogollos es un lugar donde corra el aire o haya una ligera brisa. Si los cuelgas dentro de casa, pon unos ventiladores cerca para ayudar a secarlos. Enciende el ventilador o ventiladores a la máxima potencia durante aproximadamente una hora para que buena parte del agua se evapore rápidamente. Después, pon el ventilador a velocidad normal. Lo ideal es que haya una ligera brisa soplando suavemente por todo el cuarto de secado.
Cómo lavar cogollos enmohecidos: Instrucciones paso a paso
Descubrir que tus cogollos se han cubierto de moho tras la cosecha puede ser desesperante. Pero no todo está perdido. Si hay poco moho y todavía no se ha extendido por dentro de los cogollos, tal vez puedas salvar tu cosecha usando un método especial de lavado.
Una de las técnicas más fiables ha surgido de la propia comunidad cannábica. Esta técnica, muy difundida en plataformas como Reddit, combina el lavado de cogollos con agua oxigenada (peróxido de hidrógeno) y agua para matar las esporas de moho y eliminar los contaminantes.
Lo que necesitas
- 3 cubos o recipientes grandes limpios
- Agua oxigenada de grado alimentario (al 3%)
- Agua limpia a temperatura ambiente
- Malla de secado o perchas
- Ventiladores o un deshumidificador para la zona de secado
El método de lavado con agua oxigenada, paso a paso
Paso 1: Prepara los cubos
- Cubo 1: Mezcla 1 parte de agua oxigenada con cuatro partes de agua
- Cubo 2: Llénalo con agua tibia para el aclarado
- Cubo 3: Llénalo con agua limpia para tener un secundo cubo de aclarado
Paso 2: Sumerge y remueve suavemente
Sumerge los cogollos recién cosechados en la mezcla de agua oxigenada del cubo 1. Remuévelos suavemente durante 30-45 segundos para que se desprendan las esporas, insectos y residuos.
Paso 3: Aclara bien
Transfiere los cogollos al segundo y tercer cubo y enjuágalos cuidadosamente para eliminar cualquier resto de la mezcla de agua oxigenada.
Paso 4: Secar inmediatamente
Cuelga los cogollos boca abajo o colócalos sobre una malla de secado en un lugar ventilado donde haya una buena corriente de aire y poca humedad. Para evitar la aparición de moho, es importante secarlos rápidamente.
Paso 5: Inspecciona los cogollos
Vigila atentamente los cogollos durante el secado. Si alguno presenta señales de moho tras el lavado, deshazte de él para evitar que contamine al resto.
Ahora ya sabes cómo lavar cogollos de dos formas diferentes. La primera con zumo de limón y bicarbonato sódico debería ser tu primera opción; mientras que el agua oxigenada es mejor dejarla para casos donde hay algo de moho.
Plantéate curar los cogollos en agua
Si tus cogollos presentan impurezas, también tienes la opción de curar el cannabis al agua después de la cosecha. Esta técnica puede eliminar los compuestos perjudiciales y hacer que humo sea más suave; aunque también puede reducir ligeramente el aroma y sabor.
Cómo secar la marihuana tras el lavado
Como hemos visto, tras lavar los cogollos es muy importante secarlos correctamente. Dado que la marihuana tendrá un exceso de humedad, un secado inadecuado puede anular todos los beneficios del lavado, haciendo que los cogollos se llenen de moho o mildiu, o afectando al curado. Sigue los siguientes consejos para secar tu hierba de forma correcta y segura.
Prepara una zona de secado controlada
- Temperatura: Procura que la temperatura ambiente sea de unos 18-21°C. Un calor excesivo puede degradar los terpenos, mientras que las temperaturas bajas y la humedad favorecen la aparición de moho.
- Humedad: Mantén una humedad relativa en torno al 50%. Si es necesario, puedes usar un higrómetro y un deshumidificador para controlarla aún más.
- Ventilación: Utiliza ventiladores para que haya una corriente de aire alrededor de los cogollos (no pongas los ventiladores soplando directamente sobre la hierba). El aire estancado aumenta el riesgo de que desarrollen moho.
- Iluminación: Seca la marihuana en un lugar oscuro, ya que la luz puede degradar los cannabinoides y terpenos con el tiempo.
Cómo colgar o colocar los cogollos para secarlos
- Colgar: Cuelga las ramas enteras boca abajo usando cuerdas, rejillas o perchas. Este método permite una buena ventilación alrededor de cada rama.
- Secado en horizontal: Si ya has cortado los cogollos, distribúyelos sobre mallas de secado forradas con papel de horno para una mejor exposición al aire.
¿Cuánto tarda el secado?
- Los cogollos lavados suelen tardar entre 7 y 10 días en secarse completamente, dependiendo de su densidad, la ventilación y la humedad.
- Comprueba si están listos: Cuando los cogollos estén secos, los tallos deberán romperse con un corte limpio (sin doblarse). Al tocar los cogollos, deberán estar secos y duros por fuera, pero no quebradizos.
Consejos para evitar el moho al secar los cogollos
- No abarrotes la zona de secado: Deja un poco de espacio entre cada rama o cogollo.
- Si secas los cogollos en horizontal, dales la vuelta para evitar que un lado quede demasiado húmedo.
- Inspecciona los cogollos a diario en busca de moho, especialmente los más densos o en regiones frías.
Para saber más sobre las técnicas ideales de secado y curado tras el lavado, consulta nuestra guía sobre cómo secar y curar los cogollos.
Errores frecuentes a evitar
Lavar la marihuana es un proceso sencillo, pero hay ciertos errores que pueden afectar la calidad del producto final. Evita estos fallos para que tus cogollos se mantengan limpios, potentes y, lo que es más importante, libres de moho.
Dejar los cogollos demasiado tiempo en remojo
Al lavar los cogollos, dejarlos demasiado tiempo en remojo puede saturarlos de agua, aumentando el riesgo de que desarrollen moho y pierdan nutrientes. Normalmente, basta con remover suavemente cada cogollo en la mezcla durante 30-60 segundos. Dejarlos más tiempo en remojo no aporta ninguna ventaja extra y suele hacer más daño que bien.
No secarlos correctamente
Este es, sin duda, el paso más importante tras el lavado. Si los cogollos no se secan bien y uniformemente, la humedad restante puede provocar la aparición de moho o Botrytis. Asegúrate de que la zona de secado esté bien ventilada, y controla la temperatura y la humedad.
Usar utensilios sucios
Los cubos, las tijeras e incluso tus manos deben estar esterilizados o limpiarse a fondo antes y después del lavado. La contaminación cruzada es un riesgo importante, sobre todo en lo que respecta a las plagas y el moho. Tras recortar los cogollos, también debes limpiar las tijeras de manicurado para evitar la acumulación de residuos y la transferencia de patógenos de las plantas.
No hacer un lavado de raíces antes de cosechar
Lavar los cogollos acaba con las impurezas que se depositan en su superficie, pero no elimina las sustancias químicas acumuladas en el interior de la planta. Hacer un lavado de raíces solo con agua durante las últimas 1-2 semanas anteriores a la cosecha, ayuda a eliminar el exceso de nutrientes acumulados dentro de la planta y hace que los cogollos tengan mejor sabor y produzcan un humo más suave. Para obtener más información sobre cómo conseguir resultados óptimos, consulta nuestro artículo sobre el lavado de raíces del cannabis.
Lavar los cogollos: ¿Sí o no?
Si has llegado hasta aquí, quizá te estés preguntando si realmente merece la pena lavar los cogollos. Para la mayoría de cultivadores, especialmente quienes cultivan al aire libre o en un entorno con mucho polvo o plagas, ¡la respuesta es un sí rotundo!
Lavar los cogollos es un método sencillo, respaldado por la ciencia, que sirve para:
- Hacer que tu cosecha sea más pura
- Potenciar el sabor y la suavidad del humo o vapor
- Reducir el riesgo de moho, residuos y contaminantes
- Aportar tranquilidad al saber que tu hierba es segura
Si se combina con las técnicas adecuadas de secado y curado, el lavado de cogollos puede mejorar el producto final sin alterar su aroma, su sabor y potencia. Es un método fácil de aprender con resultados impresionantes, y las ventajas hablan por sí solas.
Así que, ¿por qué no probarlo en tu próxima cosecha?
Si estás pensando en plantar marihuana en casa, echa un vistazo a nuestra selección de semillas de cannabis para empezar a cultivar con genéticas de calidad.
Y una vez hayas lavado y secado tu cosecha, asegúrate de saber cómo almacenar tu hierba y mantenerla fresca para preservar su calidad.