¿Qué es el cannabis ruderalis?
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El cannabis ruderalis es una variedad silvestre y resistente que revolucionó la cría moderna. Conocida por su genética autofloreciente, esta planta crece pequeña, florece rápido y aporta rasgos únicos para crear cepas fuertes y de rápido desarrollo.
Robusta, veloz y genéticamente única, la cannabis ruderalis no se cultiva para fumar, pero probablemente esté detrás de tu autofloreciente favorita. ¿Y qué es exactamente la ruderalis? En pocas palabras, es una subespecie silvestre y resistente que prospera en climas extremos y florece según el tiempo, no por el ciclo de luz.
En cuanto a sus efectos, lo más común es que no provoque un subidón potente, aunque algunas personas sí notan una ligera relajación gracias a su mayor contenido natural de CBD. Por su baja potencia, no verás a nadie liando porros con flores 100 % ruderalis, pero su genética es un tesoro para los criadores modernos. En esta guía, exploramos su origen, características de crecimiento y el papel tan especial que desempeña en el desarrollo del cannabis autofloreciente actual.
El origen del cannabis ruderalis
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La planta de cannabis ruderalis tiene sus raíces en los duros paisajes de Rusia y Asia Central, donde se adaptó a veranos cortos y climas extremos. No fue hasta principios del siglo XX cuando los botánicos empezaron a reconocerla como algo distinto de las conocidas variedades índica y sativa.
En 1942, el botánico ruso D.E. Janischewski describió una población de cannabis silvestre cerca del río Volga, en Siberia. Estas plantas eran claramente diferentes: mucho más pequeñas, con hojas de forma particular y un ciclo de floración rápido y controlado por el tiempo. Por estas características, Janischewski las clasificó como una especie separada y acuñó el nombre “cannabis ruderalis”, del latín rudus (escombro), en alusión a su capacidad de crecer en suelos pobres y alterados.
Hoy en día, la ruderalis se considera una rama silvestre y resistente dentro de la familia del cannabis. Aunque no contiene los altos niveles de THC que tienen las cepas cultivadas, su naturaleza robusta y sus inusuales patrones de floración la han convertido en un recurso clave para la cría moderna.
Características de crecimiento de la ruderalis

La ruderalis es una variedad compacta y resistente que se distingue claramente de sus parientes índica y sativa. Suele alcanzar solo entre 30 y 70 cm de altura, con un tallo central robusto y pocas ramas laterales, lo que le da ese aspecto de “maleza silvestre”. Sus hojas también son únicas: en lugar de los clásicos dedos anchos de la índica o finos de la sativa, suelen mostrar solo tres dedos cónicos.
Otra característica clave es su ciclo de floración. A diferencia del cannabis fotoperiódico, que necesita cambios en la luz para florecer, la ruderalis florece según la edad, normalmente entre las 3 y 4 semanas desde la germinación. Esta autofloración evolucionó como mecanismo de supervivencia en regiones con veranos breves, permitiendo que la planta se reproduzca antes de que termine la estación.
En cuanto a su composición química, la ruderalis pura contiene muy poco THC, por lo que los efectos psicoactivos son casi inexistentes. Sin embargo, suele tener niveles relativamente altos de CBD, lo que la hace interesante desde el punto de vista terapéutico. Sus cogollos son pequeños y poco densos, lo que a veces se conoce como “cogollos palomita”, y rinden mucho menos que las variedades índica o sativa cultivadas.
Aun con estas limitaciones, la ruderalis aporta cualidades muy valiosas:
- Resistencia natural a plagas y enfermedades
- Tolerancia a cambios de temperatura y suelos pobres
- Ciclo de vida rápido, ideal para varias cosechas al año en condiciones adecuadas
Por estas razones, la ruderalis no se cultiva para fumar tal cual, pero su genética robusta la convierte en un pilar esencial del cannabis autofloreciente moderno.
¿En qué se diferencia la ruderalis de otros tipos de cannabis?

Aunque las variedades índica y sativa suelen llevarse toda la atención, la ruderalis destaca como la miembro más resistente e independiente de la familia. Su tamaño reducido, ciclo de floración único y perfil químico la distinguen no solo a simple vista, sino también por su uso.
| Característica | Ruderalis | Índica | Sativa |
| Altura | 30–70 cm | 60–180 cm | 150–300 cm |
| Inicio de floración | Basado en el tiempo | Por ciclo de luz | Por ciclo de luz |
| Hojas | 3 dedos cónicos y estrechos | Anchas y redondeadas | Largas y estrechas |
| Tamaño de cogollos | Pequeños (“palomita”) | Densos y resinosos | Grandes y aireados |
| Contenido de THC | Muy bajo | Alto | Alto |
| Contenido de CBD | Alto | Moderado | Bajo a moderado |
| Usos | Cruce y genética | Recreativo | Recreativo |
La principal diferencia está en su capacidad de autofloración, un rasgo genético ausente en la índica y la sativa. Mientras estas necesitan cambios controlados de luz para comenzar a florecer, la ruderalis lo hace de forma automática, sin importar la exposición lumínica.
A nivel físico, la ruderalis es mucho más pequeña, lo que la hace poco práctica para cultivos comerciales destinados al consumo. A nivel químico, carece de la potencia de otras variedades, pero sus altos niveles de CBD y su fortaleza natural la han convertido en una base genética esencial para desarrollar cepas autoflorecientes modernas y resistentes.
Por qué no se cultiva ruderalis para fumar
Dado que la ruderalis produce muy poco THC, no es atractiva para quienes buscan un efecto psicoactivo notable, ya que carece de la intensidad que la mayoría espera. Además, su estructura compacta y cogollos pequeños hacen que el rendimiento sea bajo. Sus flores son ligeras y poco densas, lo que las hace poco deseables si se busca sabor, aroma o resina abundante.
Aun así, hay quien opta por fumar ruderalis, aunque la mayoría la valora principalmente por su utilidad genética.
La ruderalis en la cría de autoflorecientes

Aunque no se cultiva normalmente para fumar, la ruderalis es la base genética de todas las autoflorecientes actuales. Los criadores vieron pronto el potencial de su floración automática para transformar el cultivo, permitiendo hacerlo sin depender de cambios de luz ni de entornos controlados.
Al cruzar la ruderalis con índica o sativa, se puede fijar el rasgo autofloreciente y, a la vez, añadir más THC, mejores sabores y mayores cosechas. Así nació la enorme variedad de híbridos autoflorecientes que conocemos hoy: plantas con la resistencia de la ruderalis y la potencia que buscan los consumidores.
Las ventajas de usar genética ruderalis en los cruces son claras:
- Ciclos de crecimiento cortos: Las autoflorecientes pueden cosecharse en solo 8–10 semanas.
- Discreción y tamaño: Plantas pequeñas, ideales para cultivos discretos o espacios reducidos.
- Resistencia: La durabilidad heredada ayuda a enfrentar plagas, enfermedades y cambios de clima.
Gracias a todo esto, el papel de la Cannabis ruderalis ha pasado de “maleza salvaje” a herramienta genética clave. Sin ella, la revolución autofloreciente que ha facilitado el cultivo en todo el mundo no existiría.
¿Sigue siendo relevante la ruderalis hoy?

Como columna vertebral de los híbridos autoflorecientes, la ruderalis sigue definiendo la forma en que se cultiva cannabis en la actualidad. Sin su capacidad de autofloración, muchas de las cepas rápidas, discretas y resistentes que disfrutamos no existirían.
Se espera que la genética ruderalis desempeñe un papel fundamental en futuros proyectos de cría, desde el desarrollo de variedades más resistentes hasta el perfeccionamiento de cepas ricas en CBD. Esta planta silvestre y resistente seguirá aportando posibilidades que van más allá de los límites de la índica y la sativa.
Para cultivadores y aficionados, conocer la ruderalis es valorar su papel silencioso pero crucial en la historia del cannabis. Puede que nunca fumes una flor 100 % ruderalis, pero lo más probable es que sus genes ya estén presentes en tus cepas favoritas.
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