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Un accesorio esencial para fumar. ¿Qué haríamos sin el modesto grinder? Y los de metal son aún mejores. Es cierto que podríamos economizar y elegir la opción más barata, pero nos estaríamos haciendo un flaco favor a nosotros mismos y a nuestra hierba. Disponibles en una gran variedad de estilos, estos grinders garantizan una trituración perfecta de la cepa que elijas. Zamnesia ofrece los mejores grinders metálicos del mercado, creados por algunas de las marcas de accesorios para marihuana más famosas.
Los grinders de metal son robustos, resistentes y se pueden transportar con el resto de accesorios para fumar. Con distintas partes ensambladas, los grinders metálicos son fáciles de limpiar y mantener, ya que con un simple cepillado tendrán un aspecto completamente nuevo durante mucho tiempo. Elegantes, eficaces y fáciles de usar, los grinders metálicos se venden en una gran variedad de formas y diseños funcionales que se adaptan a todas las necesidades. Todos ellos vienen con un montón de características distintas para triturar tu hierba por completo.
Grenade Grinder (triturador granada con seguro). Grandada de mano "recargable" con tres usos: triturar, tamizar y esconder. Este triturador de tres partes parece inocente, nadie pensaría que es un triturador (o escondite). Se separa en el medio y muestras dientes afilados para triturar hierba fácilmente. La parte inferior es una cámara para guardar el polen, la parte más preciada de sus...
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Los grinders metálicos para hierba ofrecen una forma fiable, robusta y atractiva de triturar marihuana. Con varias funciones, muy pocos inconvenientes, y una gran variedad de estilos para elegir, son unas herramientas muy útiles.
Un grinder metálico es una herramienta que se utiliza para triturar cogollos de marihuana y otras hierbas. Estos grinders se fabrican con diversos metales, y otros están hechos de plástico y madera.
En su forma más sencilla, un grinder metálico proporciona una función de trituración básica. Sin embargo, a menudo vienen con una cámara de almacenamiento y un recolector de kief o cristales, que permite recoger los tricomas ricos en cannabinoides que se separan del cogollo durante el proceso de trituración.
En general, se suele utilizar aluminio. Pero también hay grinders de otros metales, como acero inoxidable. Lo más importante es que el material sea lo suficientemente robusto como para que no se deforme ni se oxide. Esto es debido a que el proceso de trituración exige un movimiento circular uniforme. Si no gira, el grinder será prácticamente inservible.
Por lo tanto, si el metal puede cambiar de forma fácilmente, y el grinder deja de ser circular, no podrás girarlo. Del mismo modo, si se oxida causará demasiada fricción. Además, ¡no querrás fumar hierba con herrumbre!
Las tres características más habituales de estos grinders son:
Cámara trituradora: un elemento esencial: donde se muele la hierba. Consta de dos mitades con dientes entre los que se coloca la marihuana, y al girarlas, esta se va triturando.
Recolector de kief: también llamado recolector de cristales, es un compartimento situado debajo de la cámara trituradora, de la que está separado por una malla fina que solo puede ser atravesada los tricomas (glándulas productoras de cannabinoides). Cuando pase un tiempo, tendrás una buena cantidad de kief muy potente.
Cámara de almacenamiento: suele estar situada en la parte superior del grinder. Ábrela y guarda tu hierba molida para usarla más adelante.
Estas características no las ofrecen todos los grinders, pero los modelos más avanzados y fabricados con metales de calidad, sí suelen tenerlas.
Usar un grinder para hierba es muy sencillo. ¡Mucho más fácil que liar un porro! Para triturar tu marihuana, simplemente coloca un cogollo (o parte de él) en la cámara trituradora, ciérrala, y gírala hasta que la hierba tenga el grosor que prefieras.
Cuando el recolector de kief contenga una buena cantidad de cristales, es posible que también quieras fumarlos. Para sacarlos, lo más fácil es ayudarte con alguna especie de miniespátula. Algunos grinders vienen con ella, pero si el tuyo no la tiene, utiliza un trozo de cartón para hacer boquillas, y recoge el kief con él. A continuación, líalo en un porro o ponlo en una cazoleta. ¡Y prepárate para cogerte un buen ciego!
La cámara de almacenamiento no necesita explicación. Pon toda la hierba que quepa en ella.
Si no mantienes limpio tu grinder, la resina se acumulará en los bordes, haciendo que se peguen. Esto no solo hará que no puedas girar el grinder, sino que además, a veces ni siquiera podrás abrirlo.
Si te ocurre esto, hay varias soluciones. La más sencilla, y probablemente la más efectiva, es aplicar la física; concretamente, hacer palanca. Si tiras del grinder, es posible que no se abra por mucha fuerza que apliques, pero un ligero toque con una palanca podría funcionar. Busca un destornillador plano, colócalo en el hueco, y (con suerte) se abrirá.
Si esto no funciona, sumerge tu grinder en agua con jabón o alcohol. Aunque, dependiendo de lo atascado que esté, es posible que el líquido no penetre en él. Si nada de esto funciona, prueba a calentar el extremo que encaja sobre el otro. Cuando se caliente, se aflojará y expandirá. Pero asegúrate de protegerte las manos antes de tocar tu grinder, ¡el metal se calienta mucho!
Los grinders de metal son afilados y fiables, pero tienen tendencia a atascarse más que sus primos de plástico. Aun así, los grinders metálicos de calidad ofrecen una eficacia incomparable.
Sin embargo, son la opción más cara. Los grinders de plástico suelen ser baratos, mientras que los de metal pueden costar un poco más. Dicho esto, tampoco te van a arruinar, y siempre que no los pierdas, durarán para siempre.
Uno de los principales factores a la hora de elegir un grinder es su aspecto. Los grinders metálicos tienen un toque elegante y atractivo con el que los de plástico simplemente no pueden competir.
Mantener limpio tu grinder es fundamental para que funcione. Si dejas que se ponga demasiado pegajoso, dejará de funcionar. Lo mejor que puedes hacer es limpiarlo con frecuencia.
Un poco de agua caliente con jabón o alcohol funciona muy bien. Pero si ha acumulado mucha resina, vas a tener que raspar un rato. Pásale un cuchillo o un destornillador plano por los bordes. Quita la resina, y frota el grinder con un estropajo. Después de esto girará con mucha más facilidad.
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